Stratigraphy of SPAIN and beyond - history, monuments, ideas, arts & crafts

domingo, 3 de octubre de 2010

Carreras entre granates – El Circo Romano de Toledo

Siendo el monumento visitable mas antiguo de la ciudad, las ruinas semi(des)enterradas del circo romano en Toledo son muy dignas de atención.

Lo primero que choca es su tamaño descomunal: 400 metros de largo! Es la distancia que hay desde la Puerta del Sol hasta la Plaza Mayor; luego el diámetro del Toledo intramuros entero no supera 3-3½ veces el largo del circo! No se decir si tales proporciones indican la importancia del Toledo romano o simplemente el peso del espectáculo como tal en cualquier ciudad romana de la época…
Mi segundo comentario es respeto a la forma de la edificación. Hoy en día la palabra “circo” se asocia con la tienda redonda donde actúan trapecistas, animales y payasos (no, no se trata de política...) lo que puede conducir a imaginar el circo romano parecido a un plaza de toros; la curvatura de las ruinas nada mas entrar en el parque arqueológico desde la Avenida de la Reconquista también dirige hacia esta idea. Pero no; la forma del circo romano es más bien como un rectángulo muy alargado, donde las lados cortos están curvos, y el de Toletvm no era ningún excepción. La entrada detrás del parque infantil, coincide justamente con uno de esas laditos curvos. (con una anchura total de aprox. 100 metros)

El material de los restos es hormigón – si, ya se empleaba hace casi 2000 años! Las estructuras actualmente visibles formaban el esqueleto de la edificación; teniendo por encima construcciones adicionales de otras materias (ladrillo? madera?) Pero quedándonos con lo que vemos, el hormigón aquí esta constituido de piedras con un diámetro de 10-20 cm, incrustados en cemento. Buscando roturas frescas me parece que las piedras empleadas son idénticas a la roca madre expuesta por ejemplo debajo de la Puente de San Martín, es decir un roca magmática->metamórfica manchado por cristales de granates. (anfibolita?) Considerando la cercanía, parece lógico que trajeran las piedras para la obra desde allí; me imagino que abundaban las bloques de esa materia dispersas en toda la zona, era entonces solamente un cuestión de machacarlos un tanto y alá, al hormigón para el circo.
El granate es un mineral semiprecioso que no es nada raro en anfibolitas. Su color típico varía desde marrón al burdeo-rojo, los ejemplares de cierta intensidad utilizándose en orfebrería. Seguro no estoy, pero tampoco lo veo imposible que algunos granates en joyas antiguas de los talleres toledanos (romanos, visigodos) tienen entonces una procedencia local.

Con el paso del tiempo el superficie de las rocas va cobrando una patina de líquenes y musgos; ambos organismos son sumamente selectivos al sustrato. En nuestro caso del hormigón romano esto se traduce en unos especies encima de las partes con cemento y completamente otros especies encima de las piezas de roca incrustada. Como se ve en la última foto, el resultado es una textura tipo de leopardo, con las manchas de verde clarito entre un reticulo oscuro
.

Los tres fotos han sido tomadas anteayer al atardecer, un día esplendido de veranillo de san Miguel.




No hay comentarios:

Publicar un comentario