Stratigraphy of SPAIN and beyond - history, monuments, ideas, arts & crafts

lunes, 25 de octubre de 2010

La hermandad desconocida entre España y Hungría (1)


Era el 3 de noviembre del año 1527 cuando el obispo de Nyitra colocó la corona húngara en la cabeza de Fernando de Habsburgo en la ciudad Székesfehérvár, convirtiéndole en el rey Fernando I de Hungría. El puesto le tocaba por estar casado con la hermana del rey anterior, Luis II de Hungría, recién fallecido sin descendencia. Fernando inicio la serie de Habsburgos en el trono, donde su casa perdurara hasta la primera guerra mundial en principios siglo XX cuado se acaba la monarquía en dicho país. 
Producto de decisiones de la alta política en su poderosísima familia (es el hermano de Carlos V!), la sangre en las venas del joven rey era una mezcla de múltiples rincones de nuestro continente, pero si la nacionalidad se mira según lugar de nacimiento, idioma materna o entorno de crecimiento no hay ninguna duda: era español. Nació en Alcalá de Henares en 1503 y fue educado en Castilla bajo la protección de su abuelo materno: Fernando el Católico.
La corona ahora colocado en su cabeza es una obra maestra de la orfebrería medieval, de oro macizo y ricamente decorada con piedras preciosas a parte de delicadas esmaltes miniaturas retratando santos y reyes; como objeto sigue siendo la suprema expresión material de la identidad nacional de todos los húngaros hasta hoy mismo, aunque ya no exista la monarquía. El lugar de la ceremonia es también lo habitual según los tradiciones del país. Lo problemático empieza a asomarse si miremos el clérigo liderando la coronación: en lugar del antedicho obispo debería haber sido el arzobispo de Esztergom. Pero no puede ser, porque ha acabado de morir… junto con siete obispos, 28 miembros de la alta nobleza, más de 15 mil soldados, además del antedicho rey Luis II. El catástrofe cuya sombra espesa oscurece la ritual solemne es la famosa batalla de Mohács el año anterior, agosto de 1526, donde se enfrentaron 25.000 húngaros mal organizados con una suprema potencia militar de la época, 60.000 turcos bajo el liderazgo del enérgico caudillo Solimán. Además del baño de sangre espantosa, la derrota devastador abrió camino directo a la toma de Budapest e inicio la presencia amenazadora turca en el corazón de Europa durante el siguiente siglo y medio. 
Y la lista de malas noticias todavía no se ha acabado para el recién coronado complutense. Un año antes la misma corona y el mismo obispo han participado ya en una coronación, el de Juan Szapolyai – que sigue vivo… y no ha renunciado en absoluto al trono, solo que la persona que tenia encargado de vigilar el en todos sentidos valiosísimo objeto de orfebrería le ha traicionado. 
Resumiendo la situación: recibir la corona húngara en tales circunstancias era un honor dudoso. Significaba para Fernando I una vida entera de enfrentamientos bélicos, si no con los turcos entonces con los húngaros del otro bando; luego el apoyo que recibió de su hermano Carolos V tampoco era de todo tan glorioso como podría haber sido; pero nuestro Habsburgo español ha trabajado duramente a lo largo de casi 40 años para hacer lo que se ha podido…
(el ensayo se continuará)

sábado, 16 de octubre de 2010

Mándala Visigoda en Placa Estampada


Cultura del reino visigodo hispánico (2)

- Interpretando cosmología paleocristiana -
















La placa decorada de arcilla roja en la foto tiene 27x36cm y procede de la aldea de El Hoyo, Belméz, unos 70 km. NO de Córdoba ciudad. Se ve expuesta en la colección permanente del Museo Arqueológico de Córdoba (1)


También llamados ladrillos estampados, se han encontrado objetos de este tipología en diferentes puntos de Andalucía, procediendo de los siglos IV-VII d.C. es decir época romana y visigoda. Su uso exacto es todavía debatido, pero la sugerencia de A. Caro Bellido (Universidad de Cádiz) me parece probable:

Los fragmentos de Lebrija, y otros con caracteres similares, definidos por presentar dos bandas lisas en los lados menores del rectángulo, por tanto, paralelas entre sí, denominadas tabicas, sirvieron para adornar la techumbre de una estancia supuestamente laica, rellenando el espacio existentes entre las vigas de madera, a modo de casetones, en lo que sigue un sistema llamado en términos generales de “ladrillo por tabla”; las tabicas descansaban en la vigas mientras que la decoración en relieve quedaba vista, creándose así un bello contraste, sin duda acentuando gracias al hecho de que los motivos estuvieron pintados a base de agrama u óxido de hierro” (2)

Otros autores creen en un uso funerario de las placas, no obstante el contexto del hallazgo en el Hoyo ha sido como los citados de Lebrija: entre restos arquitectónicos.

La simbología del motivo

Ojeando los artículos entre las referencias abajo, sobre todo (4), se ve un gran repertorio de diferentes motivos sacados con la técnica de estampilla. Algunas de los más sencillos se pueden quizás cualificar como meramente decorativas, la repetición cuatro veces siendo un derivado directo del forma cuadricular. Sin embargo mirando al casetón de el Hoyo el espectador se topa inmediatamente con uno de las imágenes paleocristianas más conocidos: la paloma. Que tengamos dos de ellos cruzadas no es nada típico, y aumenta más aún la sensación de tener todos los detalles de la superficie cargado de sentido simbólico.

La primera descripción publicada en 1919 poco después del hallazgo por Enrique Romero de Torres propone ya una interpretación:
“ (...) aparece dentro de un rectángulo cuadrado un círculo en cuyo centro se ven dos palomas enlazadas en forma de cruz, uniéndose a la línea de la circunferencia los vástagos de cuatro hojas de yedra o de corazón y el espacio que media entre cada una de ellas está ornamentado con pequeños adornos semejantes a una estrella o flor cuadrifolia.
El simbolismo cristiano de esta baldosa, (…) resulta interesante; pues las palomas cruzadas dentro del círculo parecen representar el Amor Divino y Eterno, y las hojas de yedra, cuyos vástagos van unidos á la circunferencia,
el amor terrenal que nace de aquél y la unión de ambos amores, el amor humano con el amor de Dios.
" (3)

O sea se trata de un especie de mapamundi espiritual expresando la relación ente Dios, el hombre y el mundo; de aquí el título del presente ensayo: La palabra mándala, literalmente "circulo" en sánscrito, significaba originalmente imágenes geométricas multicolores, utilizadas en el hinduismo/budismo. Parcialmente debido a C.G.Jung, en el ultimo medio siglo la palabra ha ganado acepto en algunas sectores de la cultura occidental para designar una representación gráfica del universo en general, desde la perspectiva humana y normalmente exhibiendo alto grado de simetría. Se trata pues de una herramienta visual, una ayuda al mente para meditar, y como tal ha existido independientemente en casi todas edades y culturas, también en Europa. Lo único es que aquí no tenia designación propia, por eso hemos importado la palabra mándala. ¡Pero ojo! siendo prestado la palabra, no hay necesariamente una connotación de cultura co-importada del Sureste Asiático… prometo que se puede seguir leyendo sin peligro de encontrarse de repente con la teoría "Jesucristo en la India".

Lo que si considero necesario son algunas pasos adicionales en la digamos desempaquetación y actualización del mensaje en el casetón, sobre todo respeto a los cuatro “estrellas” entre las hojas, a los que la ficha técnica del museo llama “astas”. Su significado me parece clave, sin embargo no me suena haberlos visto descifrados explícitamente por ninguna parte. Pero antes repasaré los otros elementos intentando meterme en la visión del hombre tardoantiguo/medieval, sin perder de vista mi propia contemporaneidad.

Contemplando la placa, entre todas las partes del motivo lo mas dominante es el circulo central; su trazo es lo que es lo mas grueso por lo tanto lo que mas resalta y salta a la vista. La perfección del círculo expresa unánimemente lo divino – sinónimos de lo cual son lo celestial, lo eterno y el absoluto; a unos les gustara más una palabra que otra, según disposición individual hacia terminología religiosa o filosófica. Es lo bueno que poseen los símbolos: en nuestro contacto directo con ellos no tienen porque intervenir palabras… solo en el momento que nos ponemos a hablar sobre ellos. El hecho que el trazo del circulo sea lo mas marcado indica que para el hombre de antes la existencia de lo divino era lo más claro, lo más lógico - mucho más que cualquiera otra cosa. Y no por piedad o falsa moralidad, simplemente veían el mundo así. “Lo extraordinario no es que haya un Dios. Lo extraño es que exista cualquier otra cosa en el mundo que Dios.” (5)

La paloma es arcaicamente un símbolo del espíritu santo, luego de la sencillez evangélica (6); de todos modos algo central y esencial en lo divino. A modo que una pequeña “x” marca el punto céntrico de un circulo geométrico, las dos palomas cruzadas forman aquí el centro, digamos “la quintaesencia” del circulo de la eternidad / divinidad / celestialidad.
Salen cuatro hojas con forma de corazón hacia las esquinas, las bordes externas dibujando las esquinas de un cuadrado – forma que se acentúa con las líneas del marco. Cual era la simbología de esa forma? Pues “durante la Antigüedad y la Edad Media, el cuadrado fue considerado como el símbolo de la Tierra, por oposición al Cielo; es el símbolo del universo creado.” (7) Añadiría que el cuadrado/rectángulo también me parece un símbolo adecuado y actual de lo creado en general, aunque sea por el hombre. Una hoja de papel, la pared de una casa, un cuadro, una pantalla… son todos elementos con dos y dos lados paralelos; es la forma mas clara e inmediata para la mente humana cuando necesita manejar un pedacito de espacio.

La forma acorazonada de las hojas ha conducido Romero de Torres en su interpretación “amor terrenal”; yo daría aquí un significado mas amplio, considerando la imagen simplemente como cuatro plantas.

Permítanme aquí un ligero digresión al campo de la lingüística. La palabra “planta” es idéntico en todos los idiomas indoeuropeas (español, ingles, alemán etc) viniendo de latín, "donde se referiría al parte del pie que toca al suelo. Plantar (del verbo latín “plantare”) o estar plantado es quedarse allí mismo donde los pies tocan el suelo. Así igual una planta (vegetal) que echa raíces y queda en un mismo lado." (8) Curiosamente en algunas idiomas non-indoeuropeas la palabra empleada tiene una etimología diametralmente opuesta. En húngaro “növény” tiene raíz en el verbo “crecer”, la palabra estándar por “planta” significa pues literalmente “lo que crece”. En árabe ocurre algo parecido; la palabra “naba:t” estando derivado del verbo “alejarse”. Creo que el valor simbólico de la planta como tal reside en estas significados, expresando "el nacimiento perpetuo, el flujo incesante de la vida" (9). Aunque hoy en día conocemos todos los pasos moleculares del fotosíntesis, nos debe seguir maravillando el proceso que convierte luz y aire en materia viva, fundamento imprescindible de todo lo demás seres en la tierra. Proyectando estas ideas sobre nuestra placa visigoda, no creo pues demasiado excesivo identificar a los cuatro hojas con el mundo material en su totalidad.

Y ahora llegamos a los cuatro “astas” o “estrellas” entre las hojas. Yo veo en ellos simplemente cuatro “x”-es, es decir cuatro puntos geométricos con la indicación de la conexión entre si y con las paredes del marco. Si dibujamos mentalmente las líneas así indicadas tenemos un cuadrado, que justamente tiene el circulo central inscrito y está girado 45 grados en relación con el cuadrado del marco exterior. Pero que es esto y para que? – preguntará posiblemente mi lector paciente, que todavía sigue el texto. Se trata de nada menos que un símbolo de el hombre! Vamos a ver porque.

Los cuatro “x”-es están dispersos entre las plantas, es decir en el campo de la materia. Plantado en el mundo material pero solo teniendo otorgado una manchita de tiempo, el ser humano es bien efímero, igual que puntos en el espacio que no tienen ni altura ni anchura solo ubicación, en las matemáticas se habla de objetos 0-dimensionales. Presencia real solo cobra la figura de los cuatro puntos si se conectan entre si – alrededor del circulo; es decir la existencia del humano es solamente real si se fundamenta en lo divino/absoluto. Además las líneas cruzadas que forman los cuatro puntos tienen paralelo evidente con las palomas cruzadas en el centro, la esencia divina.

Tal es pues mi interpretación de la placa estampada de Córdoba, la segunda de mis textos subjetivos sobre la Cultura del reino visigodo hispánico. El primero era esa. En la siguiente entrega cambiaré la comarca a Toledo para presentar mi punto de vista a uno de los destacados miembros del tesoro de Guarrazar.
Referencias


(1) No. de Inventario: CE003970 en el Museo Arqueológico de Córdoba. La ficha técnica entera sale como la cuarta buscando a “placa decorada” en el campo “Objeto” aquí (primero hay q darle a "Acceder al buscador domus »")




(3) Enrique Romero de Torres: «Nuevos descubrimientos arqueológicos en la provincia de Córdoba», Boletín de la Real Academia de la Historia, LXXXIV, pp. 135-140, Madrid 1919




(5) Béla Hamvas, ensayista húngaro, citado libremente de memoria.


(6) Lo del símbolo de la PAZ como tal ha sido introducido solamente en el siglo XX; según Aquilino Duque inventado por Picasso (El Suicidio de l Modernidad).








domingo, 3 de octubre de 2010

Carreras entre granates – El Circo Romano de Toledo

Siendo el monumento visitable mas antiguo de la ciudad, las ruinas semi(des)enterradas del circo romano en Toledo son muy dignas de atención.

Lo primero que choca es su tamaño descomunal: 400 metros de largo! Es la distancia que hay desde la Puerta del Sol hasta la Plaza Mayor; luego el diámetro del Toledo intramuros entero no supera 3-3½ veces el largo del circo! No se decir si tales proporciones indican la importancia del Toledo romano o simplemente el peso del espectáculo como tal en cualquier ciudad romana de la época…
Mi segundo comentario es respeto a la forma de la edificación. Hoy en día la palabra “circo” se asocia con la tienda redonda donde actúan trapecistas, animales y payasos (no, no se trata de política...) lo que puede conducir a imaginar el circo romano parecido a un plaza de toros; la curvatura de las ruinas nada mas entrar en el parque arqueológico desde la Avenida de la Reconquista también dirige hacia esta idea. Pero no; la forma del circo romano es más bien como un rectángulo muy alargado, donde las lados cortos están curvos, y el de Toletvm no era ningún excepción. La entrada detrás del parque infantil, coincide justamente con uno de esas laditos curvos. (con una anchura total de aprox. 100 metros)

El material de los restos es hormigón – si, ya se empleaba hace casi 2000 años! Las estructuras actualmente visibles formaban el esqueleto de la edificación; teniendo por encima construcciones adicionales de otras materias (ladrillo? madera?) Pero quedándonos con lo que vemos, el hormigón aquí esta constituido de piedras con un diámetro de 10-20 cm, incrustados en cemento. Buscando roturas frescas me parece que las piedras empleadas son idénticas a la roca madre expuesta por ejemplo debajo de la Puente de San Martín, es decir un roca magmática->metamórfica manchado por cristales de granates. (anfibolita?) Considerando la cercanía, parece lógico que trajeran las piedras para la obra desde allí; me imagino que abundaban las bloques de esa materia dispersas en toda la zona, era entonces solamente un cuestión de machacarlos un tanto y alá, al hormigón para el circo.
El granate es un mineral semiprecioso que no es nada raro en anfibolitas. Su color típico varía desde marrón al burdeo-rojo, los ejemplares de cierta intensidad utilizándose en orfebrería. Seguro no estoy, pero tampoco lo veo imposible que algunos granates en joyas antiguas de los talleres toledanos (romanos, visigodos) tienen entonces una procedencia local.

Con el paso del tiempo el superficie de las rocas va cobrando una patina de líquenes y musgos; ambos organismos son sumamente selectivos al sustrato. En nuestro caso del hormigón romano esto se traduce en unos especies encima de las partes con cemento y completamente otros especies encima de las piezas de roca incrustada. Como se ve en la última foto, el resultado es una textura tipo de leopardo, con las manchas de verde clarito entre un reticulo oscuro
.

Los tres fotos han sido tomadas anteayer al atardecer, un día esplendido de veranillo de san Miguel.