Stratigraphy of SPAIN and beyond - history, monuments, ideas, arts & crafts

martes, 26 de abril de 2011

Anfíbios "resucitando" en la sierra de Madrid


Ha llegado la primavera a Madrid! para celebrarlo vamos a ver hoy una visión algo abrumadora del retorno de la vida a la sierra.


Es una preciosidad cuando todo el monte se viste de verdor mas un multitud de flores coloridas, siempre un gozo para los ojos y la alma. La reaparición de animales por otro lado pueda suscitar diversas emociones según nuestra disposición cultural y/o sicológica. Probablemente una parejita de perdices cuidando de sus retoños nos parece tierno a todos, pero el boom de anfíbios que se ven en las fotos adjuntas se sentirá por algún que otro lector como extraño, quizás hasta llegando a sentirse un toque de repugnancia. Conceptualmente sin embargo me parece un escenario muy fructifero, por lo que me gustaría compartirlo con mis estimados lectores.


El habitat es una charca en el Parque Regional del Curso Medio del Guadarrama, cerca de Colmenarejo, aproximadamente 35km al noroeste de Madrid. Justamente ahora esta repleto de renacuajos de dos tipos: unos pequeños, un centimetro de largo cola incluida, que se convierten en ranitas no mucho mas grandes pare obtener su tamaño final creciendo ya como tales; luego otros grandes (de sapo de espuelas; Pelobates cultripes) que pueden alcanzar hasta diez centimetros con cola; son los de los fotos aqui. Para referencia he metido una moneda de un centimo en la caja de plástico dónde he capturado una para que nos pose. Estos bichos se convirtiran en sapos; pero su aparato respiratorio ya se esta transformando desde una vida puramente acuática (branquias) a la vida anfíbia/terrestre (pulmones). Por eso todavia teniendo el aspecto de bola con cola (sin patas) ya suben a veces al superficie para sacar la cabeza un pelín del agua por un bocado de aire, después de lo cual vuelven al fondo a todo meter (la velocidad siendo un mecanismo de defensa). En la tercera foto se ven individuos en los tres posiciones: el dorso desde arriba, nadando en el fondo; con boca y la frente blanquecina para arriba respirando aire (en la parte baja dcha del imagen), y finalmente con la cola hacia el superficie, cuando vuelven al fondo.



En dos-tres meses no quedara ni una gota en la charca. Entonces la gran mayoría de estas bichos habrán muerto; solo unos pocos llegaran a vivir como sapos, pasar el verano, el otoño y el invierno, para otra vez poner huevos cuando vuelva la charca el primavera del año siguiente.